LA DIFERENCIA ENTRE EL PARAÍSO Y EL INFIERNO...

(15) Galindo Orlando - LA DIFERENCIA ENTRE EL PARAÍSO Y EL INFIERNO...:





LA DIFERENCIA ENTRE
EL PARAÍSO Y EL INFIERNO
Se cuenta que un Masón llamado Rodrigo Iguala estaba un día paseando al crepúsculo en un bosque, cuando, de repente, surgió ante él uno de los seres más controvertidos de todos los tiempos –era el Ángel Rebelde el Mismísimo Lucifer. El Hermano masón se llevó el susto de su vida y empezó a temblar sin parar. Lucifer dijo al asustado Masón: - Tu alma está tomada por la cobardía, que tantas veces pesa sobre los hombres, temor que los aleja de nobles entendimientos, mi hermano masón Rodrigo te asusta hasta tu propia sombra- le dijo Lucifer riendo. Pero tu destino está ahora sonriendo para ti, y permíteme te explico, pues has sido escogido tú por el mismísimo Gran Arquitecto del Universo para conocer los secretos del Paraíso y del Infierno.
Utilizando sus poderes Infernales, Lucifer transportó al francmasón Rodrigo Iguala - aún aterrorizado con tan insólita experiencia - al viejo y mítico río de aguas pantanosas y grises que circundaba el submundo: El 'Río Estigio'. Entraron en una barca y Lucifer instruyó al Masón para remar hasta el Infierno, ya que 'Caronte' no se encontraba por allí en ese momento . Cuando llegaron, el hermano masón estaba algo sorprendido por encontrar un lugar exactamente igual al bosque donde estaban, y no un Infierno hecho de fuego y de azufre ni infestado de demonios alados y criaturas asquerosas exhalando fuego, como él esperaba.
Lucifer tomó al masón de la mano y lo llevó por un sendero. Luego el Hermano Masón divisó , a medida que se acercaban a una barrera de rocas y arbustos, pronto percibió el olor de un delicioso jardín de rosas . Junto con el delicioso olor, sin embargo, de mismo Jardín provenían misteriosos sonidos de lamentaciones y de sonidos de crujir de dientes. "Gritos de dolor, peleas, quejas airadas. Al rodear la barrera rocas, se encontraron con una escena inusual. Había un gran claro con muchas mesas grandes y redondas. En medio de cada mesa había una enorme olla que contenía un guisado cuyo olor el Masón ya había comenzado a percibir, y cada mesa estaba rodeada de gente delgada y visiblemente hambrienta. Cada una sostenía una cuchara con la que intentaba comer del guisado de la olla. Sin embargo, debido al gran tamaño de la mesa y por ser las cucharas muy largas y con medidas tres veces más largos que los brazos de las personas que las usaban, quedaban impedidas de comer de la olla en el centro de la mesa. Esto hacía imposible, para cualquiera de aquellas personas hambrientas, de llevar la comida a su propia boca. Había muchas luchas y blasfemias, mientras cada persona intentaba desesperadamente tomar por lo menos una gota del guisado.
El Francmasón Rodrigo Iguala quedó muy afectado por tan terrible escena. Al cerrar los ojos, le suplicó a Lucifer que lo sacara de allí. En un momento ellos estaban de vuelta en la barca y Lucifer orientó la ruta para llegar hasta el Paraíso.
Cuando llegaron, el Masón se sorprendió de nuevo al ver una escena que no correspondía a sus expectativas de un Paraíso. Aquel lugar era exactamente igual a lo que acababan de visitar. No había grandes portones de perlas ni bandadas de ángeles cantando. Una vez más, Lucifer lo condujo por un sendero donde un olor un jardín de rosas se percibía, luego el olor de una rica comida venía de detrás de una barrera de rocas y de arbustos. Esta vez, sin embargo, oyeron cantos y risas cuando se acercaban. Al rodear la barrera, el poeta se sorprendió mucho de encontrar un cuadro idéntico al que acababan de dejar: grandes mesas con ollas al centro y rodeadas por personas con cucharas alargadas , desproporcionalmente largas y una gran olla al centro de cada mesa.
La única y esencial diferencia entre ese grupo de personas y lo que acababan de dejar es que las personas de este segundo grupo estaban usando sus largas cucharas para tomar del guisado y alimentarse unos a otros, todos disfrutaban del delicioso guisado, y nadie quedaba con hambre.
Cuando regresó el Francmasón Rodrigo Iguala a su lugar de partida notó que el mismo bosque terrestre, era el paraíso o el infierno
Este relato o cuento , da cuenta de la única solución para la humanidad , y es fraternizando.
Alcoseri
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 LA DIFERENCIA ENTRE EL PARAÍSO Y EL INFIERNO Se cuenta que un Masón llamado Rodrigo Iguala estaba un día paseando al crepúsculo en un bosque, cuando, de repente, surgió ante él uno de los seres más controvertidos de todos los tiempos –era el Ángel Rebelde el Mismísimo Lucifer. El Hermano masón se llevó el susto de su vida y empezó a temblar sin parar. Lucifer dijo al asustado Masón: - Tu alma está tomada por la cobardía, que tantas veces pesa sobre los hombres, temor que los aleja de nobles entendimientos, mi hermano masón Rodrigo te asusta hasta tu propia sombra- le dijo Lucifer riendo. Pero tu destino está ahora sonriendo para ti, y permíteme te explico, pues has sido escogido tú por el mismísimo Gran Arquitecto del Universo para conocer los secretos del Paraíso y del Infierno. Utilizando sus poderes Infernales, Lucifer transportó al francmasón Rodrigo Iguala - aún aterrorizado con tan insólita experiencia - al viejo y mítico río de aguas pantanosas y grises que circundaba el submundo: El 'Río Estigio'. Entraron en una barca y Lucifer instruyó al Masón para remar hasta el Infierno, ya que 'Caronte' no se encontraba por allí en ese momento . Cuando llegaron, el hermano masón estaba algo sorprendido por encontrar un lugar exactamente igual al bosque donde estaban, y no un Infierno hecho de fuego y de azufre ni infestado de demonios alados y criaturas asquerosas exhalando fuego, como él esperaba. Lucifer tomó al masón de la mano y lo llevó por un sendero. Luego el Hermano Masón divisó , a medida que se acercaban a una barrera de rocas y arbustos, pronto percibió el olor de un delicioso jardín de rosas . Junto con el delicioso olor, sin embargo, de mismo Jardín provenían misteriosos sonidos de lamentaciones y de sonidos de crujir de dientes. "Gritos de dolor, peleas, quejas airadas. Al rodear la barrera rocas, se encontraron con una escena inusual. Había un gran claro con muchas mesas grandes y redondas. En medio de cada mesa había una enorme olla que contenía un guisado cuyo olor el Masón ya había comenzado a percibir, y cada mesa estaba rodeada de gente delgada y visiblemente hambrienta. Cada una sostenía una cuchara con la que intentaba comer del guisado de la olla. Sin embargo, debido al gran tamaño de la mesa y por ser las cucharas muy largas y con medidas tres veces más largos que los brazos de las personas que las usaban, quedaban impedidas de comer de la olla en el centro de la mesa. Esto hacía imposible, para cualquiera de aquellas personas hambrientas, de llevar la comida a su propia boca. Había muchas luchas y blasfemias, mientras cada persona intentaba desesperadamente tomar por lo menos una gota del guisado. El Francmasón Rodrigo Iguala quedó muy afectado por tan terrible escena. Al cerrar los ojos, le suplicó a Lucifer que lo sacara de allí. En un momento ellos estaban de vuelta en la barca y Lucifer orientó la ruta para llegar hasta el Paraíso. Cuando llegaron, el Masón se sorprendió de nuevo al ver una escena que no correspondía a sus expectativas de un Paraíso. Aquel lugar era exactamente igual a lo que acababan de visitar. No había grandes portones de perlas ni bandadas de ángeles cantando. Una vez más, Lucifer lo condujo por un sendero donde un olor un jardín de rosas se percibía, luego el olor de una rica comida venía de detrás de una barrera de rocas y de arbustos. Esta vez, sin embargo, oyeron cantos y risas cuando se acercaban. Al rodear la barrera, el poeta se sorprendió mucho de encontrar un cuadro idéntico al que acababan de dejar: grandes mesas con ollas al centro y rodeadas por personas con cucharas alargadas , desproporcionalmente largas y una gran olla al centro de cada mesa. La única y esencial diferencia entre ese grupo de personas y lo que acababan de dejar es que las personas de este segundo grupo estaban usando sus largas cucharas para tomar del guisado y alimentarse unos a otros, todos disfrutaban del delicioso guisado, y nadie quedaba con hambre. Cuando regresó el Francmasón Rodrigo Iguala a su lugar de partida notó que el mismo bosque terrestre, era el paraíso o el infierno Este relato o cuento , da cuenta de la única solución para la humanidad , y es fraternizando. Alcoseri Me gusta Mostrar más reacciones

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