El Secreto Masónico del Tan Sublime Grado de Maestro Masón


El Secreto Masónico del Tan Sublime Grado de Maestro Masón
Los Fenicios fueron un pueblo enigmático, comerciante,  culto, y conquistadores pueblos  sin guerras, fueron un imperio antes de Roma, se dice llegaron a América antes que Cristóbal Colón; pero antes conquistaron todo el Mediterráneo, hasta llegar a la gran Bretaña. México hoy es un país lleno de fenicios , ya que los libaneses son los modernos fenicios.
Hiram el Gran Maestre jefe constructor de la Templo dedicado a Jehová en Jerusalén, si Hiram Abiff era un fenicio, y él se toma como modelo del buen Maestro Masón , y es que no debe sorprendernos los fenicios eran hábiles constructores de todo , desde navíos, imperios,  hasta templos , gente que sabía organizar.       

El nombre Hiram Abiff significa en fenicio "el maestro (Gurú o iluminado) del Padre": un hecho que puede ayudarlo aún más a reconocer el propósito oculto de la enseñanza, Hiram se pronuncia Chiram  y Chi es un vocablo para aludir la energía. Bajo el nombre de Hiram, entonces, y bajo un velo de alegoría, vemos una alusión a otro Maestro; y es este Maestro, este hermano mayor a quien se alude en Masonería con mucha frecuencia es una alegoría a nuestro “Yo Superior” yo interior , que habita en nosotros, cuyo "carácter preservamos, y evocamos o invocamos  a la presencia, en el estar presentes en el aquí y el ahora", es decir, si Él está presente en nuestras mentes , en nuestros corazones, es verdad Hiram es otra alegoría más con la que se trata de significar al Yo Consciente,  otros le llamaran el Cristo Interior, otros el Buda interior , o como lo llamaría Don Juan Matus el indio mexicano el Nahual interior el Gran Águila Universal; ese Nous platónico interior que se busca por la Mayéutica, ese algo o alguien  a  quién "adoptamos en logias masónicas como GADU ese  principio Universal, que se encuentra dentro de nosotros , como un algo que nos anima, "lo llamamos GADU no sea que en algún momento entre nosotros hayamos sido entrenados en alguna otra cosa que no sea la Fe Cristiana, y para quienes por esa razón la mención del nombre del Maestro  Jesús el Cristo posiblemente pueda probar una ofensa o provocar contienda.

Para tipificar o alegorizar  el avance del   maestro masón en esta etapa de su desarrollo interior, la plataforma aquí supone una mayor complejidad. El masón está vestido con un mandil de la Maestría  de piel de cordero con un borde azul claro y rosetas, lo que indica que una luz más alta que la natural ahora impregna su ser e irradia desde dentro de su persona, y que el masón ha dejado su etapa de animalidad  y ahora está en la etapa del hombre racional, ahora es un ser civilizado; mientras que a cada lado del Mandil de Maestro Masón se ven dos columnas de luz que descienden desde arriba, fluyendo hacia las profundidades de todo su ser, y terminando en las siete borlas que tipifican el espectro prismático de siete veces de la Luz celestial. Él es ahora señor de sí mismo;  un verdadero Maestro Mason; capaz de gobernar esa logia que está dentro de sí mismo; y como él ha pasado a través de los tres grados de purificación y auto-perfeccionamiento, y recto, nivelado y armonizado su triple naturaleza de cuerpo, alma y espíritu, también usa, al alcanzar el Maestría, el triple Tau; que comprende la forma de un nivel, pero también es la forma hebrea de la Cruz; las tres cruces sobre la plataforma correspondiente a las tres cruces del Calvario.

Para resumir la importancia de la enseñanza de los tres grados, es claro, por lo tanto, que de grado a grado el candidato está siendo llevado de una calidad de vida antigua a una completamente nueva. Él comienza su carrera masónica como la de un hombre no tan racional, que no es dueño de sus pasiones ni de sus emociones; el Maestro Masón termina convirtiéndose mediante su disciplina, en un hombre regenerado y perfeccionado, dueño de  sus emociones y amo de sus pasiones, termina como un hombre o mujer racional. Para lograr esta transmutación, esta metamorfosis de sí mismo, se le enseña primero a purificar y someter su naturaleza sensual; luego purificar y desarrollar su naturaleza mental; y finalmente, dedicarse  completamente a su vida superior y perder su alma para salvarla, se levanta de la muerte como un Maestro Ascendido, un hombre justo hecho perfecto, con mayor conciencia y facultades, un instrumento eficiente para ser utilizado por el Gran Arquitecto del Universo  en Su plan de reconstruir el Templo de la humanidad caída, y capaz de iniciar y hace avanzar a la perfección a otros hombres a una participación en la misma gran obra.

Esto la evolución del hombre en superhombre o súper-mujer, que siempre fue el propósito de los antiguos Misterios, y el verdadero propósito de la Masonería moderna no es el propósito social y caritativo al que se presta con tanta atención, sino la agilización de la evolución espiritual de aquellos que lo merecen, y que aspiran a perfeccionar su propia naturaleza y transformarla en una cualidad más divina. Y esta es una ciencia definida, un arte real, que es posible que cada uno de nosotros ponga en práctica; mientras que unirse a la Masonería para cualquier otro propósito que no sea estudiar y perseguir esta ciencia sublime es malinterpretar su significado.
Por eso es que nadie debe postularse para entrar en la Masonería a menos que provenga su inquietud y deseo  de los más profundos impulsos de su propio corazón, ya que es un buen hombre o una buena mujer que tiene hambre de luz sobre el problema de su propia naturaleza inferior, el masón es alguien de buenas costumbres que quiere progresar. Todos somos seres imperfectos es claro, conscientes de que nos falta algo, que nos haría lo que, en nuestros mejores momentos, preferiríamos. ¿Qué es eso que nos falta? "¿Qué es lo que hemos perdido?" Y la respuesta está claramente definida en  "Los secretos genuinos de un Maestro Masón", el verdadero conocimiento de nosotros mismos, la realización consciente de nuestras potencialidades divinas.

La verdadera esencia de la doctrina masónica es que todos los hombres en este mundo están en busca de un algo superior, pero no lo saben, un algo superior  que está contenido  en su propia naturaleza pero  que hemos perdido, se afirma que nosotros al nacer portamos la Gran Luz , el conocimiento máximo, pero que con el paso el tiempo de niños vamos perdiendo  el contacto con el Todo Universal, y la iniciación es literalmente volver a nacer , darnos esa nueva oportunidad de hacer con tacto con la Gran Luz , luego con la instrucción adecuada y con su propia paciencia e industria, podemos  esperar rencontrar la Luz. Su filosofía masónica  implica que este mundo temporal es la antípoda de otro mundo más real del que venimos originariamente y al cual podemos acelerar nuestro regreso mediante un curso de autoconocimiento y autodisciplina tal como lo inculca nuestra enseñanza masónica. Implica que este mundo actual es el lugar donde se preparan las piedras simbólicas y la madera  ahora"tan lejos" de esa Jerusalén mística donde un día se encontrarán juntas y, colectivamente,  y constituirán ese Templo que incluso ahora se está construyendo sin manos y sin el ruido o la ayuda de herramientas de metal. Y este mundo, por lo tanto, al ser humano temporal transitorio para nosotros, es necesariamente una sombra, una imagen y simplemente un "secreto sustituido", hasta el momento en que se planteó no solo simbólicamente, sino en realidad, en carácter, conocimiento y conciencia, el sublime grado de Maestro Mason, nos capacitamos para aprender algo de los "secretos genuinos", algo de las realidades vivientes, que se esconden y viven en la ocultación detrás de la demostración externa de las cosas. Toda la vida humana, que se originó en el "Oriente" místico y que  viajó a este mundo  en el estamos, nosotros, ahora en el "Occidente", debe regresar nuevamente a su origen.
Alcoseri

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