Chismes masónicos


La historia del masón que dejó de creer en chismes
Un francmasón llamado Celedonio llegó de visitante a la Logia de Kadyr “El Francmasón Cuenta cuentos” y   pidió  se le permitiese formular una pregunta, y  Kadyr el masón Verde accedió.
El visitante dijo:
-Lo que he oído decir a otros de ti  me hace que no me inspires mucha confianza. Incurres en todo tipo de faltas,  señalas a los hermanos masones izquierdo- socialistas como gentes fanatizadas y dañinas, intranquilizas a masones  y no masones con tus ideas impetuosas. Hasta los hermanos masones afines a tus ideas confiesan que ignoran qué deben hacer para defenderte, pues te auto promueves como una figura masónica, cuando en realidad según señalan muchos  eres un masón de los más gris y turbio. Sean cuales fueren tus supuestos éxitos, no serás recordado si tu conducta sigue siendo tan mixta, tan dual, tan politiquera y tan de claros y oscuros.
Entonces Kadyr replicó:
-Querido hermano y amigo Celedonio, hacerse de ideas basadas en los chismes de los demás  es impropio, pero que bien que bienes a cerciórate por ti mismo de quién realmente soy, eso habla muy bien de ti, uno de los propósitos de una conducta  como la mía es que la gente advierta cuán fácilmente se los puede afectar. Una persona sea masón o no sobre la que puede influir una simple sonrisa amable  o un desagradable  ceño fruncido son como un balón de futbol soccer a la que el menor puntapié  lanza en cualquier dirección, todo ello sin intervención alguna de su voluntad, o es como un papel arrastrado a capricho del viento. Una conducta señalada como supuestamente  exagerada como la mía que intranquiliza a masones o no masones no dice nada acerca de mí como señalado, y si del que así se conduce al desequilibrio, pero retrata de cuerpo entero a las personas turbadas.
Agradezco a los masones o no masones que me defienden, pero más agradezco a los masones o no masones que mal hablan de mí, pues , debo reconocer que el mejor aliado es siempre el que te señala los que algo malo ven en ti y no quienes te adulan.
El hermano visitador Celedonio dijo:
-Eso me has descorrido un velo y te quedo agradecido, rogando que me perdones. ¿Pero cuántos masones  conocerán esas verdades y cuántos las aplicarán, y cuantos más las desdeñarán?
A esto Kadyr respondió:
-Si la conoce tan sólo uno, ese conocimiento tiene de todos modos su representación entre la humanidad. Si se lo preserva de tal modo que sea universal en una época futura, ¿no es esto en sí mismo una cosa de gran valor?
Luego el francmasón Kadyr contó el siguiente cuento:
A un hombre que apenas podía caminar con dificultad en un lugar anegado cargando sobre sus hombros un saco de importantes pero pesados Libros, mientras el hombre se hundía en el fango, unos que lo veían le gritaron: ‘¡No seas tonto, suelta esa carga de inútiles Libros y sálvate!’ A eso él replicó: ¡Si pierdo lo que ahora es inútil para ustedes, pero sé bien que un día en el futuro le será muy útil para otros, el hecho de que me salve a mí mismo perderá todo su valor, pues se perderá un gran conocimiento masónico, y todo el sentido de mi propia existencia! ¡Así que en lugar criticarme deberían de ayudarme!
Alcoseri

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